Malumián: “No sabemos cuál es el techo de la Feria de editores”

A pocos días del comienzo de la 13era. edición de la Feria de Editores (jueves 8, viernes 9, sábado 10 y domingo 11 de agosto, de 14 a 21, con entrada gratuita), entrevistamos a uno de sus creadores, Víctor Malumián (el otro es su socio, Hernán López Winne). “Es increíble el laburo que hacemos: nueve o diez meses al año los dedicamos a full a esta Feria”, le dice Malumián a La Balandra a través de una larga charla vía web.

Se lo nota conforme por el trabajo realizado y ante las expectativas de un encuentro literario que no para de crecer. Este año la FED contará con “una terraza en la que la gente puede subir a leer o conversar al aire libre mientras toma café o una cerveza”, cuenta Malumián, quien a la vez descarta la posibilidad de hacer dos ediciones anuales: “Una sola vez hicimos dos en un año, y no volveremos a hacerlo. Suponemos que hacerla dos veces bajaría las expectativas. Así estamos bien”.

-Hay una idea según la cual la Feria de Editores es la verdadera feria del libro, la que apunta a los lectores de verdad. ¿Coincidís?

-Trato de no comparar la FED con la Feria Del Libro tradicional, que tiene mucho mérito internacional y hay que cuidarla. Sí creo que la FED es la feria a medida de las pequeñas y medianas editoriales. Trescientas y pico, sesenta de ellas de otros países sudamericanos. Se da, creo, porque la FED capta a un lector que lee mucho durante el año. La Feria De Editores nació pensando que la edición independiente no tiene nada que envidiar a las grandes editoriales. De los diez autores de mayores ventas vivos en el país, ocho publicaron su primera novela en una editorial independiente. En la Feria De Editores se ve que hay mucha gente que habla de libros, eso no lo veo en muchos lados y lo queremos cuidar.

-¿Les queda chico el C Complejo Art Media (Avenida Corrientes 6271, CABA)?

-No tenemos otro lugar para hacerla más que el C. No sabemos cuál es el techo de la Feria. Las primeras cinco ediciones se hicieron en el bar de La Tribu. Sin ellos, la FED no existiría. Esas cinco ediciones eran gratuitas, se pasaba la gorra y lo recaudado se lo dábamos a la gente de La Tribu. Entonces no pensábamos que hasta el Konex podía quedarnos chico. Hoy estamos contentos donde estamos. Además, no hay muchas opciones de otros lugares. El CCK es una, pero hay que dividir por pisos, y quedan las editoriales alejadas. La otra es Tecnópolis, pero queda lejos. La otra, el Centro de Exposiciones, pero no fue elegida. Hoy hay 330 editoriales y preferimos darle comodidad a esas editoriales que tener más expositores. Sé que se forman largas filas, pero no hay forma de solucionar eso. Está buenísimo que exista el interés. Me gustaría que la gente esté más cómoda, con más espacio. Hoy lo que tenemos es esto: me alegra que funcione y que guste.

-La FED sigue siendo gratuita…

-No cobramos entrada porque entendemos que quienes asisten son lectores que quieren comprar un libro. Si les cobramos entrada, esa plata no la podrán destinar a los libros. También regalamos un libro en la fila, para que puedan leer mientras esperan para entrar. Por una suma de detalles, porque no hay nada deslumbrante, sino una suma de cuidados y detalles, es que esta Feria se destaca.

-¿Cuáles son las expectativas respecto a las ventas?

-Con las ventas, por el tipo de público que va a la Feria, suponemos que serán dignas. Sobre todo considerando el contexto. La FED se hace en ese contexto, no hay otra. Tengo 43 años y esta es la peor recesión que recuerdo. Aún no se sabe si hicimos piso; no solo es compleja la actualidad sino que es desesperanzador el futuro más allá de las críticas al gobierno actual o a las gestiones anteriores: me planto como lector o ciudadano. No tenemos idea de qué va a pasar. Dentro del consumo, lo que se suele decir, es que los bienes culturales son los primeros en recortarse, porque si tenés que elegir entre comprar comida y comprar libros, elegís la comida. Por suerte tenemos muchos libros en saldo, parques o plazas en donde se venden usados. Yo como editor de libros nuevos quiero que compren libros nuevos, pero también hay una gran posibilidad de comprar usados muy buenos. La situación es mala, no hay mucha vuelta que darle.

-¿Qué diferencias sentís que hay en la actualidad entre las editoriales grandes y las chicas o independientes?

-Si pensamos en las dos más grandes (Planeta y Sudamericana), tienen formas muy distintas de incursionar en el ecosistema editorial. En las grandes y en las chicas hay buenos y malos editores. Planeta tiene a (Juan José) Saer; ojalá algún día lo tengamos nosotros. El mismo ejemplo se podría hacer con Sudamericana. Sí creo que hay un tema en el que la gran mayoría de las editoriales independientes tienen un ritmo de publicación que permite acompañar al libro durante un largo tiempo. Se le puede dar el tiempo necesario para trabajar la difusión. En las grandes te apura la salida de novedades. Un libro que para un independiente vende 1.500 en un año, se reimprime sin pensarlo. No te hablo de 5 mil, te hablo de 1.500. Eso no pasa en las grandes. Yo, como editor de Godot, trabajo a cualquier hora. En una grande hay un horario que respetar. Y hay otra cosa: los autores nuevos que andan bien, se pueden ir, con todo el derecho, a las editoriales grandes, con lo que eso nos genera a las chicas. Es un tema que a mí me preocupa.

PERFIL DE UN EDITOR

-¿Leés en electrónico?

-Desde pandemia tenemos todo el catálogo digitalizado y desde hace un tiempo producimos nuestros audiolibros. Yo creo que tenemos la obligación profesional de convertir los libros a la mayor cantidad de formatos posibles. Yo no leo en digital. Pero si el ebook está bien hecho, me parece un error profesional no hacer el libro electrónico. Me gusta el papel y tengo una suscripción de audiolibros que escucho cuando salgo a caminar o lavo los platos, por ejemplo. Así, escucho al menos un audiolibro al mes. Pero sigo eligiendo, en lo personal, el libro papel. De hecho, en mi biblioteca tengo un espacio con títulos de libros a los que voy cuando no sé por dónde seguir. 

-¿Abandonás libros si no te gustan o no van?

-Abandono un libro si no me gusta. Antes tenía una regla de 50 páginas, ahora ya no. Si lo estoy dejando, por algo es. Cada vez elijo más por recomendación. No tengo tantas horas al día para leer: en la semana leo antes de irme a dormir. Pero sí, abandono. 

-¿Cuáles son tus métodos de lectura?

-Hay tres mundos de lectura en mi caso. Lo que leo para Godot, que hoy es menos: elijo mejor. Si algo no va, lo abandono sin crueldad, porque si me cuesta leerlo a mí, imagino que a otro lector le puede pasar lo mismo. Después está el otro método: elijo por placer y curiosidad propia. Y hay un canal de lectura más chico que sé que no me va a gustar pero que apunta a leer cosas que pasan en el mundo editorial y que quiero entender por qué interesan: me parece que es parte de ser un editor contemporáneo. 

-¿Cómo entraste a la lectura?

-Entré tarde, me hubiese gustado hacerlo de joven. Empecé con la Facultad, tal vez sobre fines del secundario. Cortázar o Borges los leía medio obligado por el colegio. Pero me encantaron, por más que ahora cuando uno es grande parece que no puede decir que le gusta Cortázar. Lo mismo (Edgar Allan) Poe. Hasta que salí de la Facultad (carreras de Comunicación primero y Filosofía después) creo que no compraba libros nuevos, sino usados. Tenía laburos mal pagos. 

-¿Cómo sucede la creación de Ediciones Godot?

-Godot empieza con la librería con Hernán López Winne, a quien conozco cuando iniciamos una revista cultural que se llamaba Esperando a Godot y que nunca pudimos registrar y terminó siendo Godot. La revista devino en editorial. Arrancamos tímidamente; el primer libro publicado fue Doce pruebas de la inexistencia de Dios, con dibujos que nos dio gratis León Ferrari. Creo que era 2008: en febrero sale el número 200: ahí te das cuenta del ritmo. Jamás pensamos que íbamos a vivir de esto. 

-Y al final, ¿qué te queda de Cortázar?

-A Cortázar debería volver a leerlo. Lo leí de muy joven y me encantó. 

Los que leyeron este relato, opinaron...

Escritores independientes

Está muy buena la idea de la feria, pero debería haber un espacio o un evento independiente para escritores autopublicados, que somos los que más dificultades tenemos a la hora de difundir y distribuir nuestros trabajos. Gracias por el espacio

Marcelo Branda