La escritora y periodista española Rosa Montero nos cuenta su fastidio sobre cómo se caratula a la literatura que escriben las mujeres sobre mujeres y a la de los hombres sobre hombres.
Los que leyeron este relato, opinaron...
¿Por qué unos sí y otras no?
Rosa Montero da exactamente en el clavo. Si una mujer escribe es para contar lo que le pasó o le pasa a ella, o a otra mujer, y que seguramente conoce.
No es lo mismo con el hombre que escribe. Su historia adquiere un carácter diríamos universal. Sus personajes son todos los hombres, y por ahí, todo el género humano.
Porque, nadie piensa en una mujer cuando piensa en Quijote, en Otelo, en el protagonista de Corazón tan blanco de Marías o el conde Orsini de Bomarzo, o tantos, como si una mujer no pudiera llevar a cabo aventuras fantásticas, ser celosa a ultranza, ser trafuctora en conversaciones entre mandatarios, o condesa jorobada y malvada en extremo.
¿Quién dijo que no?
En cambio, un hombre no puede ser un gran instigafor como lady Macbeth, no puede perder a su mujer en un aeropuerto, como en lanovela de la propia Montero, o recordar en medio de su mente perdida como Elena, la protagonista de C.Piñeiro.
¿Por qué?
Creo que ahí está el tema. Todavía, hombres y mujeres no somos iguales, no sentimos, no actuamos, no vivimos igual. Ese parece ser el concepto. Claro que negado por unos y otras. Pero la Literatura, fiel reflejo de la realidad, nos dice que no todo es como se pregona y que en el fondo muy fondo, el siglo XXI parece no diferir mucho de los anteriores.
Sin contar con que una narración en 1era persona de una mujer, seguro es autorreferencial. La de un hombre es buen manejo ficcional.
Irma Carbia