Entrevista a Hernán Ronsino: El cuento como un espacio de exploración narrativa

Hernán Ronsino nació en Chivilcoy en 1975. Publicó la trilogía compuesta por La descomposición, Glaxo y Lumbre (2007, 2009 y 2013 respectivamente), más otras dos novelas, Cameron y Una música, y la recopilación de artículos y ensayos breves Notas de campo (Excursiones, 2017). Docente de Sociología en la UBA, curador de clínicas de escritura, fue premio Anna Seghers, Municipal de la Ciudad de Buenos Aires, de la Crítica de la Fundación El Libro y Konex de Letras.

Pero sus publicaciones van más allá de los títulos y reconocimientos: Ronsino creó una poética propia, basada en un trabajo de cincel con el lenguaje, con una respiración y una voz que lo identifican y que podría atravesar tanto a Saer como a Conti. 

Ahora, acaba de publicar Caballo de verano (título campero si los hay) a través de Eterna Cadencia, casa editora donde dio a conocer la totalidad de su obra narrativa. En esta entrevista para Azimut repasamos su anclaje en la geografía bonaerense y pampera, el cuento cómo género, los tiempos de producción y las búsquedas estéticas.

Foto por Alejandro Guyot

Tanto en la trilogía como en Notas de campo está muy presente la noción de pueblo, la pampa, la geografía bonaerense, la ciudad de provincia. Y esa marca continua en los cuentos.

Los cuentos de Caballo de verano están organizados en dos partes. Una parte más ligada con esa temática que mencionas y aparece mucho en mis primeros libros, el pueblo, lo rural, la infancia. Y, por otro lado, hay una segunda parte con cuentos que se distancian directamente de ese paisaje y se abren hacia otros universos. Me interesan mucho esos dos núcleos temáticos. Mi escritura se mueve entre esos dos andariveles. 

La división es notoria, y parece adscribir a esa idea de Martínez Estrada, el péndulo entre Radiografía de la pampa y La cabeza de Goliat: por un lado, el campo; por el otro, la ciudad.

Esta buena la referencia a Martínez Estrada. Es un autor que me interesa mucho. Y me interesa mucho también su narrativa. Hay cuentos que son fundamentales en la literatura argentina del siglo XX: “La inundación” o “Sábado de gloria”. Dicho esto, no diría que funciona exactamente así como funciona en estos dos libros que mencionas. Creo que hay dos grandes motores que disparan mi escritura. Uno es el campo, el pueblo, sin duda. Y el otro, más que por lo urbano, pasa por la exploración de otros imaginarios posibles, como sucede por ejemplo con la novela Cameron

Muchos de estos cuentos, si no me equivoco, fueron publicados en diversos lugares anteriormente. 

El cuento siempre está presente en mi escritura. No es algo extraño o algo que apareció de pronto ahora. Empecé escribiendo cuentos. Estudié mucho la forma, las diversas maneras de contar historias en un formato breve. Y siempre estoy escribiendo cuentos. Hasta ahora, los cuentos fueron apareciendo entre novela y novela. Como una manera de probar nuevos tonos, de pensar nuevos horizontes posibles. El cuento lo pienso como un espacio de exploración narrativa.

¿Qué diferencia estos cuentos con aquellos de Te vomitaré en mi boca, más allá de los veinte años que pasaron en el medio?

Esos relatos fueron los primeros intentos por darle forma a un universo que después se plasmó de un modo más amplio en las tres primeras novelas. Los cuentos de Caballo de verano tienen una búsqueda más diversa, diría, de tonos, de formas.

Así como hay distintas búsquedas estéticas, en muchos de los cuentos de Caballo de verano el conflicto está expuesto, y en otros trabajás más la alusión, la elusión, lo omitido. 

Lo no dicho creo que aparece en todos los cuentos. Una especie de elemento que se evita mencionar o que los personajes no pueden darle nombre. Creo que por ahí pasa el conflicto. Por el clima que genera esa tensión con lo que no se puede nombrar.

Acá también se respira el tono, la música que identifica a tu novelística. 

Me cuesta hacer una diferencia tan tajante entre el tono del cuento y la novela porque de algún modo la búsqueda es la misma. Y la búsqueda está ligada, como vos lo plantéas, a lograr una prosa que respire un tono, una musicalidad.

Se hace referencia en la contratapa también a que los cuentos perteneces a dos épocas distintas de tu producción. ¿Cuáles son esas épocas?

Son cuentos que abarcan un periodo de escritura de unos veinte años. De modo que en la primera parte están los cuentos más lejanos en el tiempo, y los de la segunda parte son más recientes.

Hay muchas referencias a lugares de la ciudad en que naciste o sus alrededores, así como a personajes de tus otros libros.

Son nombres, referencias que también terminan modelando un paisaje cercano a la experiencia que uno tuvo en esos territorios. Organizan, definen recorridos, le dan forma a un lugar imaginario. 

Los que leyeron este relato, opinaron...

Me resulta familiar

Me gustó la entrevista, con las palabras claras y justas. La referencia a lo”…no dicho…”, la tensión que se crea al evitar nombrar algo. Sobre todo, cuando se habla del y desde el terruneo. El lugar de origen, que lo llevamos “puesto” de por vida. La suma de nuevos paisajes y los tonos que encuentra el escritor para plasmar sus obras. Gracias

Cristina Briante

Trayectoria

Interesante conocer como se desarrolla la escritura, a través de los años, buscando esa respiración propia que abreva en lecturas y en la escritura en distintos géneros.

Gracias¡!

Margarita

Muy interesante

Conceptos muy interesante da Hernán Ronsino.

Fernando

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