
Por Coni
Vanesa Salmén es una entusiasta de la lectura que, en Neuquén Capital, ha creado la hoy amplia comunidad de @quecirculenlibrosnqn. Vanesa, que vino desde Tucumán a establecerse en la localidad neuquina, impulsa esta iniciativa a través de Instagram, con el propósito de conectar a lectoras y lectores que deseen intercambiar libros usados entre sí.
Esta profesora en Letras cuenta que el proyecto nació porque “lo primero que pensé fue en mis estudiantes, en el libro que circula, que va y viene, y al que también no podemos acceder tan fácilmente por los costos.” Añade que además se inspiró en las personas que migramos: “yo llegué a Neuquén hace casi diez años y no pude traer mi biblioteca completa, entonces esa sensación de los libros que quedaron y los que seguirán quedando, me hizo pensar en que está bien que no todas las bibliotecas se mantengan siempre, en el tiempo, de la misma manera, sino que sean abiertas”.
Se trata de una actividad gratuita en la que las personas que se comunican para pactar intercambios, con frecuencia lo hacen a través de redes sociales, con Vanesa como intermediaria. Sin embargo, esporádicamente se llevan a cabo encuentros de intercambio presencial. Estos se desarrollan en ferias y en espacios en los que funciona algún emprendimiento local. Con ello, la iniciativa, aparte de configurarse como un aporte en el sentido cultural, también resulta ser una propuesta capaz de actuar en favor de la economía de comerciantes de la ciudad, pues los lectores que concurren a los encuentros con la intención de intercambiar sus libros con otros, son, automáticamente, clientes potenciales del comercio anfitrión.
A pesar de que el proyecto se gestó en 2021, con las restricciones impuestas por la pandemia aún vigentes, logró permanecer en el tiempo y cobrar fuerza. Prueba de ello es que su creadora ha logrado contagiar la filosofía del desapego, con los libros como mecanismo disparador, no sólo en la ciudad, sino que hasta a lectoras y lectores de otras localidades del país, donde usuarias de Bariloche, Jujuy y Bahía Blanca, se han animado a ser, como ella, las mediadoras entre los lectores, de sus ciudades, que desean soltar. Que la Feria del Libro de Cipolletti le abriera las puertas en 2024, también demuestra cuán vigente está el proyecto y que la filosofía que lo sustenta tiene razón de ser. De todas formas, Salmén no se olvida de señalar que es un gran desafío que este tipo de propuestas salgan adelante, pues vivimos en “una sociedad que está muy marcada por el consumo, por «voy y lo compro»”.
A menudo conservamos ejemplares que no leímos y que quizá no vayamos a leer, o guardamos otros tantos ya leídos, pero que nos resistimos a dejar ir. La invitación a hacerlos circular va de la mano, dice Vanesa, con la convicción de que a los libros se los puede soltar y se los puede amar al mismo tiempo, que desprenderse de ellos no significa que no se los valore, sino precisamente lo contrario. ¿No nos ha pasado a todos que, al terminar de leer uno que nos gustó mucho, nos invadió el poderoso deseo de que más personas lo lean? El intercambio consiste en poner el libro al alcance del otro, opera como una acción comunitaria estrechamente arraigada en la percepción del libro como bien cultural, y por lo tanto, social.