La escritora se refiere a los talleres de escritura: “Enseñar a escribir no puede. El taller funciona como una motivación. El escritor tiene que trabajar consigo mismo. Una persona que escribe, y otra que está mirando lo escribe. Que la está esperando, que la está aguantando, resistiendo, acompañando. El taller puede actuar como estímulo pero hay muchas otras cosas que pueden actuar como estimulo: los golpes de la vida, las situaciones adversas.
El convencimiento de Ebe Uhart de que la gente percibe el acto de escribir como algo secreto es el inicio de la rareza de la literatura. La literatura una cosa rara porque transforma, es la alquimia que transforma, que convierte hechos cotidianos, históricos, banales, sueños, en una urdimbre textual, enmarcada en un formato que también es diferente en cada género. Por eso no sirve para nada, porque lo escrito cobra realidad en tanto y en cuanto sea leído y aceptado o no. El rechazo también es una reacción válida del lector, más que la de la aceptación a ciegas. La literatura no es utilitaria en sí misma, se necesita tanto como el amor que se destaca por su ausencia.
Azimut tiene por objetivo convertirse en un vector para la crítica, el análisis y la difusión de la literatura. Se publicará con una frecuencia semanal y contará con diversidad de materiales para el fomento de la lectura y la escritura. Contará con entrevistas, reseñas, agenda de cursos y talleres y las principales novedades literarias. Y fundamentalmente, un espacio para difundir las producciones narrativas de nuestras socias y socios.
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